Ya sé que hace bastante que no escribíamos, pero me he dado una escapadita a ver a la familia a mi isla natal (Gran Canaria), y entre eso y el trabajo.... casi nada de tiempo para escribir!!
Esta receta la tenía pensada desde hacía tiempo, porque me parece espectacular, fácil de hacer y muy muy rica. Es una receta que aunque es muy calórica, tiene una textura bastante ligera, y es un postre ideal para cuando tenemos invitados en casa para acabar una comida copiosa.
Cuando yo era pequeña, en mi isla se solía comer el Día de Canarias un dulce que se llama "Suspiros de Moya". Moya es un pueblo de Gran Canaria. En realidad no dejan de ser los típicos merengues, pero allí son conocidos con ese nombre, y hay mucha gente aficionada a ellos.
Esta tarta en particular se llama tarta Pavlova en honor a una bailarina rusa (Anna Pavlova). Su origen es incierto, ya que su autoría se la atribuyen por igual Nueva Zelanda y Australia. Dicen que se surgió en una visita de la bailarina a Nueva Zelanda para homenajearla. Si bien no sabemos su procedencia con exactitud, lo que sí sabemos es que el nombre le hace justicia, ya que la tarta es delicada como la propia Anna Pavlova.
Hay muchas formas de cocinar los merengues y de montar la tarta, además de los rellenos y las frutas para decorarla. Yo en mi caso aproveché que encontré estos mini merengues y los compré, porque me parecieron muy bonitos y el tamaño ideal para que no fuera mucha cantidad de tarta (Además, que si soy sincera.... me ahorraba tiempo en hacer los merengues!! jajaja).
Vamos allá con la receta de la tarta entera, con merengues incluídos, por si les es difícil encontrarlos ya hechos como yo en este caso....
MINI PAVLOVAS CON NATA Y FRUTOS DEL BOSQUE
·4 claras de huevo
·180 gr de azúcar glass
·1 pellizco de sal
·1/2 cucharada de cremor tártaro
·Semillas de una vaina de vainilla
·1 cucharadita de maicena
·1 cucharadita de zumo de limón
·500 ml nata para montar mínimo 35%M.G.
·Frutos del bosque, fresas, cerezas, lo que más os guste.
Primero que nada precalentamos el horno a 120º con calor arriba y abajo.
Dependiendo del tamaño del que queramos hacer las planchas de merengue, debemos coger un papel de horno, y con un lápiz, en el reverso del papel marcamos dos o tres círculos del mismo tamaño. Le damos la vuelta al papel de horno y lo reservamos sobre la bandeja del horno.
Acto seguido tenemos que montar el merengue; para ello comenzamos batiendo las claras con una batidora de varillas con el cremor tártaro y el pellizco de sal. Cuando las claras vayan haciendo picos suaves añadimos la cucharadita de maicena, el zumo de limón y poco a poco vamos añadiendo el azúcar glass. Seguimos batiendo hasta que conseguimos que el merengue esté firme y brillante. Finalmente añadimos la vainilla y la integramos con una espátula con mucho cuidado.
Con ese merengue hacemos la forma de los círculos que tenemos en el papel de horno. Da igual que no queden perfectos, pueden ser bastante irregulares.
Lo metemos en el horno 90 minutos a 100º con calor arriba y abajo. Algo muy importante a tener en cuenta es que no debemos abrir el horno, porque se nos bajaría. Una vez terminado el tiempo, apagamos el horno pero no lo abrimos hasta que se enfríe dentro por completo.
Una vez fríos los discos de merengue, montamos la nata, que debe estar lo más fría posible.
Para montar la tarta colocamos un disco de merengue, una capa de nata y algunos frutos, así hasta llegar al final. Si sois muy golosos podéis añadir un poco de mermelada entre capa y capa, ya eso es cuestión de gustos, y de modificar la receta según los gustos o la temporada del año.
El mayor inconveniente de esta tarta es que no se puede montar con mucha antelación, porque se reblandece un poco el merengue, pero es muy fácil de montar en unos minutitos.
Espero que os guste mucho y que os animéis a hacerla, veréis que sorprenderéis a vuestros invitados.
Un beso muy grande y nos vemos muy prontito!!!
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